Reimpulsan proyecto para proteger el estuario del río Negro

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Proponen crear el “Área Natural Protegida Estuario del Río Negro Barranca Sur”, que comprendería la zona de la desembocadura del río Negro en el Océano Atlántico y el primer tramo de la costa con acantilados.


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Proponen crear el “Área Natural Protegida Estuario del Río Negro Barranca Sur”, que comprendería la zona de la desembocadura del río Negro en el Océano Atlántico y el primer tramo de la costa con acantilados.

 

La propuesta, de la legisladora Magdalena Odarda (CC-ARI), busca promover el desarrollo económico y social de forma ambientalmente sustentable de manera que contribuya a mejorar la calidad de vida de la población.

 

Asimismo, tiene el fin de conservar la diversidad de ambientes que convierten a esta zona en un humedal de excepcional importancia para la Patagonia Argentina.

 

Otro de sus fines es conservar los valores, funciones y servicios ambientales del humedal y zona de influencia (provisión de agua, recarga de acuíferos, protección contra la erosión de costas y suelos, retención de sustancias tóxicas, retención y generación de nutrientes y otros).

 

La iniciativa también apunta a contribuir a la conservación de mamíferos marinos, en particular de la población más austral del delfín del río de la Plata o franciscana (Pontoporia Blainvillei), junto a una importante población de toninas.

 

La medida intenta además conservar un sitio importante de desove y cría de especies acuáticas (peces, crustáceos, moluscos) y mantener in situ la diversidad de especies presentes en la zona de marismas, costa, mar, monte y los ambientes de los que dependen, además de contribuir a la conservación del ecosistema del monte y conservar el patrimonio paleontológico, arqueológico e histórico presente en el área.

 

La impulsora del proyecto fundamenta que el área a proteger cuenta con características especiales que la hacen merecedora de la aplicación de este régimen particular.

 

En el 2009 y 2011 ya se habían presentado proyectos con el mismo fin pero no llegaron a ser sancionados.

 

 

Características del área

 

Un extenso humedal, con una alta productividad primaria, identifica la desembocadura del Río Negro. Este sector del estuario se caracteriza por bancos de arena y una serie de islas e islotes bajos, con sectores de marismas.

 

Este ambiente es vital y de él dependen las etapas juveniles de varios peces y crustáceos, una amplia diversidad de aves, residentes y migratorias, y es sitio de alimentación de mamíferos acuáticos y terrestres, anfibios y reptiles, así como de diversos grupos de invertebrados.

 

Los acantilados activos presentes en el área, que en su mayor parte corresponden a la formación Río Negro, constituyen un valioso ambiente de nidificación para las aves de la región y algunos pequeños reptiles.

 

Se trata de un sistema de alta sensibilidad ecológica debido a la complejidad de los procesos que allí se desarrollan y a la baja o nula capacidad de recuperación ante impactos producidos por la actividad humana.

 

En cuanto a la presencia de mamíferos marinos, el delfín franciscana es una de las especies de delfines de río más pequeñas y amenazadas de Sudamérica, y en esta zona concentra la población más austral del mundo, siendo el estuario una zona de refugio, reproducción y alimentación.

 

Asimismo, son frecuentes los avistajes de grandes manadas de toninas o delfines de nariz de botella que se alimentan cerca de la costa y se internan más de treinta (30) km. en el río, así como lobos marinos de un pelo.

 

Ocasionalmente, se avistan en el mar ballenas francas australes y orcas.

 

En otro orden de cosas, la marisma es fundamental y es el sostén de las cadenas alimentarias estuariales y costeras de la región. Son esenciales para la integridad regional de comunidades terrestres y marinas. Constituye un área vital para la alimentación, refugio, reproducción y cría de peces y crustáceos.

 

Por ello, la zona de la desembocadura del Río Negro presenta una importante diversidad de peces, muchos de los cuales tienen valor pesquero deportivo y/o comercial. (perca, pejerrey patagónico, corvinas, pescadilla, gatuzo, lenguados, etcétera).

 

Con relación a las aves, el estuario del río Negro y zona aledaña cuenta con la mayor riqueza ornitológica del nordeste de la Patagonia: ciento sesenta y cuatro (164) especies correspondientes a cuarenta y cuatro (44) familias.

 

Es de destacar la presencia regular de aves migratorias desde América del Norte (aguilucho langostero, chorlos y playeros) que se alimentan en las marismas del río Negro y zona del monte.

 

Pero quizás la característica ornitológica más destacada está en los acantilados de El Cóndor: allí se encuentra una gigantesca colonia mixta de aves terrestres que ocupa los estratos correspondientes a las areniscas de la Formación Río Negro.

 

Los acantilados son lugar de nidificación para loros barranqueros, golondrinas negras, lechuzas de los campanarios, y diversas aves rapaces diurnas.

 

Esta colonia presenta su mayor concetración a lo largo de doce coma cinco (12,5) km. de acantilados, medidos desde el faro de Río Negro y hasta la punta Bermeja (El Espigón). La mencionada colonia incluye el sitio de nidificación de loros más grande del mundo.

 

La colonia mixta de aves terrestres, y la nidificación del cardenal amarillo y la loica pampeana, transforman al área en una de las cuatro (4) regiones más importantes de la costa patagónica en cuanto a su riqueza de aves y biodiversidad asociada.

 

Por esto, Aves Argentinas y BirdLife Internacional la han declarado Area Importante para la Conservación de las Aves (AICA) a partir de 2005 con carácter prioritario para la región patagónica.

 

Respecto a los loros barranqueros y su colonia, se considera en el ambiente científico que es una de las más grandes del mundo.

 

El mayor problema de conservación que sufren todas las aves, incluyendo los loros está dado por la pérdida de biodiversidad , de la vegetación natural, el empobrecimiento de los suelos, lo que contribuye al aumento de la erosión, la evaporación y la sequedad de la tierra. Los cambios climáticos agravan la situación.

 

La quema controlada de campos como modo preventivo para incendios naturales y la quema de márgenes de la ruta que contribuyen a la erosión y la inestabilidad de partes del acantilado donde vive la colonia. La vegetación natural es extraída ante la posibilidad de incendios, sin medir las consecuencias naturales de este hecho. Cuando llueve en forma de fuertes tormentas el suelo desprotegido es fácilmente arrastrado. Todo esto sumado a las actividades humanas de esparcimiento sin controles suficientes, ponen en peligro la conservación las aves que podemos ofrecer al mundo como un atractivo eco turístico singular de relevancia internacional.

 

Respecto a los loros barranqueros y la importancia de su conservación, existen varios estudios elaborados por el Dr. Ciencias Naturales Juan Francisco Masello y la Dra. Petra Quillfeldt quienes han realizados importantísimos aportes científicos desde que descubrieron esta importante colonia y el peligro de su extinción.

 

La importancia mundial de la colonia de cría de loros barranqueros de El Cóndor está científicamente demostrada en el “Proyecto de Investigación y Conservación del Loro Barranquer (Cynoliseuspatagonus)”, llevado a cabo desde 1998 en inmediaciones de la desembocadura del Río Negro por los profesionales mencionados, y los resultados fueron publicados en diversas revistas científicas nacionales e internacionales.

 

El balneario El Cóndor y la Provincia de Río Negro tienen el privilegio de contar con esta importante diversidad en aves, destacadas a nivel mundial, que sigue siendo centro de interés científico y que puede ser un centro de atracción turístico en la medida que podamos cuidar estas importantes especies.

 

En el año 2007, estos profesionales pidieron el apoyo de la Fundación Patagonia Natural, de la Fundación Aves Argentinas y de WCS (una organización para la protección de aves de Nueva York) para que la zona de El Cóndor sea reconocida como un AICAS (Areas Importantes para la Conservación de las Aves). Compartiendo hoy en día esa categorización con lugares como la Península Valdés, Punta Tombo y Cabo Vírgenes. Las razones para esta designación radican en la gran concentración reproductiva de loros barranqueros, que representa un porcentaje muy importante de la población mundial de la especie y su valor como atractivo turístico para el creciente público del turismo alternativo.

 

 

Por último, vale resaltar que a partir de la punta El Faro, pueden observarse acantilados de más de treinta (30) metros de altura constituidos por capas arenosas y arcillosas acumuladas entre los 13 y 3 millones de años antes del presente.

 

Estas capas fueron erosionadas por el avance del mar durante los últimos 800 mil años, adquiriendo su aspecto actual.

 

Estos sedimentos evidencian la presencia hacia la base del acantilado de un nivel marino con abundante fauna de invertebrados fósiles depositados por el avance del Océano Atlántico ocurrido hace 10 millones de años.

 

Entre los abundantes fósiles de invertebrados marinos hallados figuran moluscos, corales, erizos y balánidos, entre otros.

 

Asimismo, la zona es desde hace tiempo famosa por su riqueza en pisadas fósiles. Se trata de pisadas que corresponden a aves y mamíferos ya extinguidos, que recorrieron el área hace entre 7 y 4 millones de años.