La legisladora Arabela Carreras (FpV) presentó un proyecto de ley por el que propone consultar a los rionegrinos, en plebiscito vinculante y obligatorio, para que se expresen si están o no de acuerdo con la explotación de la megaminería a cielo abierto en la Provincia.
El sufragio sería obligatorio y el electorado se pronunciaría por el “SI”, aprobando el tema sometido a plebiscito, o por NO, en caso de rechazo. El resultado del escrutinio definiría en ambos casos la simple mayoría de los votos válidos.
La convocatoria incluiría únicamente a los ciudadanos empadronados en el distrito Río Negro, inscriptos en el Padrón Electoral Nacional utilizado para las últimas elecciones Nacionales de 2013.
Al fundamentar, Carreras se refiere a los factores que atraviesa la actividad, entre los que resalta “la magnitud de las innovaciones tecnológicas que hoy permiten explotar minerales dispersos en áreas relativamente amplias, superando así el agotamiento de la tradicional explotación de veta”.
Aduce en el mismo sentido “la escalada de precios resultante de la voracidad de algunos países emergentes en procesos de intensa industrialización -en particular China- que hoy consumen el 46 por ciento del acero, el 40 por ciento del cobre y el 50 por ciento del carbón que se produce en el mundo”.
La legisladora Carreras también menciona “la debacle de los mercados financieros convencionales disparada por la crisis mundial de 2008”, circunstancia que “llevó a muchos especuladores a refugiarse en las materias primas, lo que también contribuyó a aumentar sus precios”.
Expresa que “cada país y región aplica, según sus realidades, sus propias reglas. Algunos países han intentado esquemas más o menos articulados, más o menos efectivos, que tienden a incrementar el papel regulador del Estado y aumentar los porcentajes de apropiación de la renta minera”.
La parlamentaria agrega: “Hoy las sociedades se enfrentan no sólo a la problemática del boom minero sino también al incremento extensivo y avasallante de la soja, que condena a los países latinoamericanos a su rol de exportadores de productos con escaso valor agregado, un problema poco difundido pero real”.
En este contexto, “muchos gobernantes enfrentan la resistencia de las comunidades locales al desarrollo de algunos de estos proyectos. En Bolivia, por ejemplo, el intento de construir una carretera para unir las regiones de Cochabamba y Beni a través del territorio indígena generó el rechazo de las comunidades que lo habitan, a punto tal que Evo Morales anunció la suspensión del proyecto”.
Luego apunta que “en Argentina, donde la minería contribuye a fortalecer las cuentas fiscales de provincias con entramados productivos muy frágiles, como Catamarca, La Rioja o San Juan” la actividad minera coadyuva a mejorar su balanza comercial.
El debate que se vive hoy en Argentina es la versión local de una tendencia más amplia que vale la pena sea revisada desde un enfoque absolutamente político.
Arabela Carreras sostiene que “una propuesta alternativa y superadora al debate que genera la actividad, para resolver la llamada ‘licencia social’, es la aprobación por parte de los ciudadanos involucrados a través del mecanismo del plebiscito vinculante y obligatorio, como condición para la realización de los proyectos mineros”.
“Para una verdadera democracia, nuestra provincia debe encontrar las alternativas adecuadas a un mundo cambiante, en donde la sociedad sea la protagonista de su propio destino y participe de las decisiones de sus gobernantes”, por lo que promueve que la ciudadanía, “que ha demostrado un alto interés acerca del tema”, se exprese a través de “una verdadera manifestación de democracia participativa y un modo de ejercicio de la soberanía popular”, indica Carreras.